El Hotel Casa del Naranjo se encuentra situado en pleno corazon de Pátzcuaro, lo que permite descubrir a sólo unos pasos los sitios históricos, religiosos y artísticos más representativos de nuestra ciudad.
Pátzcuaro es uno de los pueblos típicos más bellos de América, en el estado de Michoacán, México. Es una verdadera joya de la arquitectura colonial donde se pueden apreciar monumentos religiosos de estilo barroco y neoclásico en excelente estado de conservación. Pátzcuaro obtuvo la categoría de Pueblo Mágico en el año de 2002.
Sus edificios de adobe y teja le dan un singular aspecto, en armonía con plazas y fuentes. El trato siempre amable de su gente se conjuga en una atmósfera de encanto que invita a volver una y otra vez.
El Municipio de Pátzcuaro alberga una población aproximada de 48,000 habitantes, de los cuales 4,840 hablan lengua indígena.
La Principal actividad económica es el turismo, y en menor medida otras actividades como la pesca, la fabricación de muebles coloniales de madera, industria textil, productos de corcho, mantas, artesanías de madera como bateas, máscaras y juguetes; alhajeros, herrería artística, joyería artística, figuras religiosas, papel picado y artesanías de fibras naturales
El Hotel Casa del Naranjo está ubicado en una Casona de finales del siglo XVII; Cuenta con una ubicación de Frente a la Plaza Vasco de Quiroga; que la hace destacar por ser esquina y carecer de portal, en el lado lateral a la tranquila calle de Dr. Coss con un muro corrido de altura de nivel y medio y remata con un ondulado en ambos patios, generándose una fachada muy singular.
Desde mediados del siglo XIX se le conocía por los vecinos como Casa del Naranjo por tener uno en el patio principal. Esta casa tuvo diferentes dueños, muchas veces formó parte de la iglesia, ya que era condonada para beneficio de obras de caridad, en un tiempo fue para beneficio de las monjas; perteneció también al Regidor capitular del Ayuntamiento de Valladolid (Hoy Morelia) Don Pedro Alday, después paso por varios dueños, a principios del siglo XIX uno de sus dueños fue Don Luis Solchaga personaje de Pátzcuaro y en 1907 perteneció a Don Luis G. Arriaga.
Como vestigio de la típica arquitectura doméstica en la época colonial, aún sus muros de adobe se desplantan sobre cimientos de piedra, los corredores amplios con loseta de barro, la viguería, el tejamanil y sus patios con pilares de madera centenaria, son los elementos que nos acogen y por lo cual, esta finca forma parte del catálogo arquitectónico de Pátzcuaro.
Los nombres de las habitaciones se refieren a Haciendas y parajes representativos de aquella época. Pátzcuaro en 1882 formaba parte del quince distrito o prefectura así llamado por la legislatura del Estado de Michoacán; Pátzcuaro, uno de los tres municipios de la prefectura se conformaba por varias pequeñas comunidades como Cuanajo, Pichataro, Ihiuatzio, Janitzio, etc. y 10 haciendas entre ellas La Tareta, que durante la época de los Agustinos pertenecía a esta congregación y que era dedicada a la siembra para su sostenimiento, así como las demás que se encontraban en la región lacustre, la palabra Tareta es una palabra de origen purépecha, que significa un lugar donde se siembra, así como la Zoromuta que significa grama o hierba para hacer cordeles, que también era una de las capellanías de los Agustinos; La Laguna, así se conocía el lago de Pátzcuaro durante la evangelización y así se describe en el escudo de su nombramiento como ciudad de Pátzcuaro que se describe: Ordenaban en dicho escudo “…haya una laguna de agua de su color con una iglesia sobre un peñal flanqueada por los apóstoles San Pedro y San Pablo y cerca de dicha laguna, e iglesia, la iglesia catedral.
